El músico destacó el regreso a los escenarios para desarrollar ese "ritual incomparable" que es un concierto. Contó cómo vinculó su interés por los hongos con la música folklórica de América Latina.
“Estamos tan felices de poder tocar sobre los escenarios y de encontrarnos con la gente”, expresó Pedro Aznar sobre la proximidad de su show en Mar del Plata, una ciudad en la que también encuentra al mar y se convierte en un motivo de inspiración permanente.
El sábado 18 presentará su nuevo material “Flor y raíz” en el Teatro Radio City-Roxy (San Luis 1750). Se trata de un disco doblemente especial. “Saldé una deuda conmigo y con el público, que desde hacía mucho tiempo me pedía un disco íntegramente dedicado al folklore”, contó en una entrevista con LA CAPITAL.
Como segundo detalle, “Flor y raíz” tiene las señales de la época en que fue gestado. Grabado en vivo, “es una especie de documento de cuarentena”, agregó.
“Es una cosa muy fuerte y muy conmovedora escuchar el disco y escuchar esos silencios al final de las canciones porque claramente se entiende que es un sonido en vivo, tiene un sonido hermoso, se nota que está tocado con la garra del vivo, pero no hay aplausos al final”.
Y es ese detalle el que le permite inferir que el material musical contiene el sello de estos años de pandemia, este tiempo en el que la música y el arte fueron el alimento espiritual que sostuvo a buena parte de la población.
Además de “Reverdece”, una canción que escribió para cantar junto a Soledad Pastorutti, el disco contiene una selección de canciones folklóricas latinoamericanas, de grandes compositores.
“Elegí las doce canciones que no hubiera grabado en disco anteriores y quedó un repertorio de puros clásicos de grandes canciones -dijo-. El disco tiene una cualidad: está grabado en vivo, se escucha la calidez de un concierto en vivo, ocurrió porque sabíamos que había del otro lado de las pantallas gente de todo el mundo, pero a la vez cuando terminamos las canciones no había aplausos, porque el público no estaba en presencia física”.
No obstante esa ausencia -la mitad de la ecuación al momento de pensar un show-, entendió que aún en condiciones tan raras, la música fue vital. “Es una forma de comunicación única, yo creo que la música tiene una llegada al corazón que quizá no tiene ningún otro arte, por eso cuando llegó la cuarentena sentí la necesidad de hacer esos conciertos online, me pareció fundamental para todos tener ese remanso de la música”, indicó.
Para el ex Serú Girán, la energía del público convierte a cualquier concierto en “un ritual incomparable”. “La gente mayormente no tiene dimensión real de cuánto nos afecta a los que estamos en el escenario la vibración que llega desde la platea, es muy importante y es muy conmovedora esa energía y de acuerdo a cómo esté la gente cada noche es cómo va a ser el concierto cada noche, es proporcional, motiva, entusiasma, empuja, te aporta una energía que queda impresa en nuestra forma de tocar y por ende en la música”, destacó
-En “Flor y raíz” unís la identidad latinoamericana con la naturaleza, ¿por qué?
-En realidad, la canción original la escribí para el disco, para cantar junto a Soledad. Es Reverdece y tiene una mirada amorosa con la naturaleza pero en realidad el título se relaciona con la hermandad cultural que tenemos entre los pueblos de América, que tenemos una raíz común que no es solo el idioma castellano sino el origen de nuestras músicas folklóricas. Es un origen común: la flor se refiere a que en cada país esa raíz común da flores y colores y perfumes distintos, son hermanas, en cada lugar dan características distintas y esa diversidad hace a la particular belleza de la música de nuestro continente.
-Desde hace un tiempo estás interesado en el mundo de los hongos. ¿Cómo vinculás tu interés por los hongos con la música?
-Los hongos forman parte de un mundo fascinante porque están considerados como un reino más, están entre los reinos vegetal y el animal. Se comportan un poco de las dos maneras y son un elemento fundamental para la vida en el planeta, sino no hubiera hongos la vida no sería posible. Se ha descubierto que son redes neuronales que comunican a las plantas por debajo de la tierra, a los árboles y que permite que haya una conexión con el mundo vegetal que de otra manera no habría. Es conmovedor que esos seres pequeñitos tengan un rol tan vital en la vida de nuestro planeta. Usé esa metáfora para ponerle título al disco, Flor y raíz. La tapa del disco usa la idea del micelio que son las infinitas comunicaciones que extienden los hongos bajo tierra, es como una red subterránea. La usé como metáfora de esta red de comunicación que tenemos en todo el continente americano a través de nuestra música, que son todas hermanas.